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domingo, 13 de julio de 2014

MITOS Y LEYENDAS DE ANCASH

la mujer fantasma en el Solovín

En 1925, en una casa ubicada en el Solivín, vivía una pareja de chinos con su niño, y cierto día vino un aluvión que arrasó con las casas. El agua arrastró al padre, mientras madre e hijo se aferraban a un tronco, pero el niño se soltó en su afán de ir con su padre. La madre también se suelta del tronco para rescatar a su hijo, pero sin conseguir su objetivo. Mueren los tres. Por eso muchas personas ven, en noches de luna llena, como una mujer recorre, dando gritos, el Solivín.


La Vaca Voladora (San Jacinto - Ancash)




Hace mucho tiempo, una vaca solia volar en las tardes. Cuando se posaba en la cuspide del Cerro Campana, la gente subia a verla, pero la vaca los encantaba. Luego de un tiempo la gente reaccionó y amansó a la vaca. La piedra en la cima de este cerro es la vaca amansada que se petrificó.














El Ahogado (Chimbote-Ancash)



Narran los primeros pobladores que cierta vez salió de pesca un padre con sus dos menores hijos, adentrándose muy cerca a la cueva "de las brujas"; contraídos en la faena no se dieron cuenta que el atardecer cubría con su manto nocturno la bahía, empezaron a remar cuan rápido les permitía sus energías; entre las sombras se levantó una sombra como fantasma que rápidamente jaló a uno de ellos perdiéndose entre las aguas. A partir de esa fecha nadie se atrevía a salir a pasear, menos a pescar de noche, por que se oía el gemido lastimero del ahogado pidiendo auxilio"... auxiiiliooooooo meeee aaaahogoooooo". Esta leyenda fue convirtiéndose en terror de los grandes y pequeños, el que llegada la tarde se encerraban en sus chozas de caña y esteras, permaneciendo la caleta completamente desierta y en sepulcral silencio.





















El Cerro de la Caja (Chimbote-Ancash)




En el trayecto de Chimbote a Santa por la carretera Panamericana antigua, existe un trecho que se conoce como la “Cuesta de Santa”, que al descenderlo hacia la derecha se observa el cerro denominado “de la Caja”; toma este nombre porque ante el silencio profundo del ambiente, se oía dentro del cerro el sonar de la Caja o Tinya (instrumento Inca), pero conforme se acercaba uno a la base del cerro dejaba este de tocar. Este fenómeno ahora casi no se nota, jamás fue estudiado científicamente: pero los nativos o oriundos de la caleta de Coishco, manifiestan que las Coyas del Inca fueron enterradas en dicho cerro para evitar que cayesen en manos de los conquistadores españoles. Bien podría ser uno de los conductos del gigante volcán dormido.



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