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jueves, 3 de julio de 2014

mitos y leyendas del departamento de puno

EL PUKUPUKU Y EL GALLO


Un día pukupuku y el gallo discutía sobre quien tenía el derecho de anunciar con su canto la llegada del nuevo día, discutieron y discutieron pero no han podido arreglar solas y acordaron llevar sus quejas a conocimiento de las autoridades del pueblo, en el camino el gallo hizo amistad con ratón que le pedio un poco de cancha para sus hijos que sufrían de hambre, a cambio tenía que acompañar y ayudar al gallo como testigo, cuando llegaron al pueblo se fueron al despacho del juez. Y dijo pukupuku señor juez yo tengo el derecho de anunciar con mi canto la llegada del nuevo día, mis antepasados hicieron lo mismo, ahora este gallo es un extranjero recién llegado trata de usurpar mis derechos, el gallo también expreso su queja que el tenía derecho para hacer despertar a la población. Entonces el juez digo: BIEN PRESENTEN SU DEMANDA POR ESCRITO.

El pukupuku expreso en su demanda que el ha sido designado por los deidades como los cerros, la madre tierra, la Luna y el sol y otros seres de la naturaleza, por lo tanto tiene derecho de cantar todas las mañanas a la nueva vida y como testigo la “Leqechito” (cintinela).

El Gallo manifestó desciendo; que yo he adquirido el derecho de cantar al amanecer porque mis dueños han conquistado esto tierras y como testigo era el “achacu”(ratón).

El juez había citado a un comparendo a ambos demandantes; una mañana el juez ha tenido que escuchar los cánticos de pukupuku y del gallo, para cumplir con la propuesta del juez el pukupuku había cantado de cada media hora y el gallo en cada hora, pero como el gallo tenía cono su testigo al ratón el ratón había extraido la documentación de la demanda de pukupuku y a la vez al gallo la despertaba el ratón según el reloj del señor juez.

En la mañana el juez llamo a los demandantes y les digo; Pukupuku no serás el que canta y que hace despertar a la población y el leqechito quería defender y el juez le agarro a golpes y por eso en la actualidad tiene este ave la cabeza plana y al gallo por ser puntual le da su derecho de estar en la casa y cantar y hacer despertar todas las mañanas a la población y al ratón le digo ya no comerás solo granos sino todo lo que come los humanos de preferencia el queso.

ZORRO QUE FUE AL CIELO

Dicen los achachilas que cierta vez el zorro se encontraba al lado de un río y melancólicamente observaba las imágenes que reflejaban sus aguas. Se veía a gente bailando, bebiendo y riendo. ¿Qué pasaba? Las aguas del río no hacían más que reflejar la algarabía que allá arriba se vivía: en el cielo estaban de fiesta.
El zorro, que andaba cabizbajo y pensativo, no se dio cuenta que un cóndor había bajado a tomar agua. Al verlo se le ocurrió una gran idea.
- ¿Qué pasa amigo tiwula? – preguntó el cóndor.
- Es que quiero ir a la fiesta que hay arriba en el cielo y sólo, no puedo. ¿Por qué no me llevas tata condori? – dijo el zorro.
El cóndor aceptó de buena gana el pedido del zorro y le dijo que se montara en su espalda. Volando hacia las alturas llegaron al cielo y se unieron a la fiesta. Comieron bastante, bebieron y se divirtieron.
Al cabo de un rato el cóndor buscó al zorro que andaba perdido entre tanta gente alegre y le dijo que ya era hora de volver. El zorro, entusiasmado con el festín, no quiso regresar y se quedó allá arriba. Cansado de esperar, el cóndor retornó sin su compañero a la tierra.
Acabada la fiesta, el zorro, que se había quedado solo, se fue de visita a la casa de una estrella. Como todavía tenía hambre, la estrella le alcanzó una olla de barro y le dio un granito de cañihua para que se hiciera una mazamorra. El zorro miró el grano con desconcierto y pensando que eso no iba a ser suficiente le dijo a la estrella:
- Pero ¿cómo va a alcanzar un solo grano de cañihua para los dos? Eso no alcanza ni para mí.
Y sin que la estrella se diera cuenta, rápidamente aumentó diez granos más a la olla. Así comenzó a preparar su mazamorra de cañihua mientras se le hacia agua la boca.
El zorro contento seguía en la tarea de remover la mazamorra que estaba casi a punto. De pronto la olla comenzó a rebalsar y la mazamorra chorreando, chorreando fue a dar al suelo. Como el zorro andaba muerto de hambre se puso feliz a lamer lo que caía de la olla y casi sin descansar trataba de comérselo todo. Pero la alegría pronto se convirtió en angustia pues la olla seguí rebalsándose y la habitación se iba llenando de cañihua sin que el zorro pudiera hacer nada para detenerla.
La estrella al ver su casa llena de mazamorra se puso muy enojada y colérica y a gritos le dijo al zorro:
- ¡Zonzo nomás siempre habías sido, tiwula! ¿Por qué has aumentado más cañihua? ¿Acaso no te había dado suficiente?
¡Ahora todito te lo vas a tener que comer!
El zorro, arrepentido y triste por su desgracia, se angustió más aún y, no pudiendo hacer nada, pensó que lo único que le quedaba era regresar a la tierra. Entonces se ató a una soga y fue donde la estrella a suplicarle que le ayudara a bajar.
La estrella aceptó ayudarlo y sujetó la soga para que el zorro pudiera bajar.
Camino a la tierra y cuando escasamente le faltaban diez metros, el zorro vio a un loro que volaba frente a él y, liso como era, sin más ni más, lo insultó diciéndole:
- ¡Loro lengua de papa!
- ¡Loro lengua de chuño!
- ¡Yo te puedo matar!
El loro lleno de furia por los insultos del zorro, comenzó a picotear la soga por la que éste descendía. Al ver que la soga se rompía, el zorro comenzó a gritar fuertemente diciendo:
- ¡Extiendan un frazada suave!
- ¡Extiendan una frazada rosada!
- ¡Miren que vengo del cielo!
Los desesperados gritos de zorro fueron vanos. Nadie los escuchó. A gran velocidad cayó en medio de duras rocas y su panza repleta de mazamorra se reventó.
Con la caída la cañihua se esparció por todas partes.
Cuentan los achachilas y awichas (abuelos y abuelas)que fue así como apareció este alimento en el altiplano.

Narrada por: Orfelina Mamani Otazú de la localidad de Huancane - Puno


LOS TRES JÓVENES PEREZOSOS

Cuentan que, en una comunidad vivía una mujer con sus tres hijos, ella ya era anciana no podía trabajar la chacra y cada vez más sus alimentos que había guardado estaba escaseando. Un día cuando ya comenzaba la época de la siembra, la mujer a sus hijos les dijo: vayan a barbechar la tierra para sembrar papas, ellos dijeron: si mamá; entonces esa mañana se fueron hacer la chacra llevando su fiambre. Pero ese día no habían hecho nada los tres hermanos. En la época de la siembra les dijo: que vayan a sembrar, ellos dijeron si mamá, la madre les puso buen fiambre y los jóvenes en la parcela donde deberían de sembrar se dedicaron a jugar y se echaban. Así ellos engañaban a su pobre y triste madre. Luego llegó la época de la cosecha y la madre les ordenó que fuesen a escarbar papas nuevas, y ellos se fueron a la chacra, escogieron las mejores matas de la chacra ajena, y llevaron la papa para que cocine la madre, su madre se sintió muy contenta porque sus hijos llevaron papas grandes. Les felicitó, luego la mujer se dirigió a la chacra de papas para escarbar y miró la chacra que tenía las mejores matas y dijo: esta debe ser la chacra que han hecho mis hijos trabajadores.

La mujer empezó a escarbar, cuando estuvo escarbando se le acercó una persona y le dijo: oye mujer ociosa que haces escarbando mi chacra. La mujer le dijo: yo estoy escarbando lo que han trabajado mis hijos. El dueño le dijo: tus hijos perezosos no han hecho nada, cada vez que venía a la chacra se echaban y jugaban y por la tarde regresaban a su casa. Así la madre recibió castigo.

La mujer de pena y llorando retornó a su casa a sus les dijo: jóvenes ociosos, donde está la chacra que han trabajado, ustedes me han mentido, él dueño me a pegado por culpa de ustedes. Los tres hermanos imforecidos respondieron mamá: ahora verá la chacra que hemos trabajado, todito lo cosecharemos, mencionando estas palabras, se fueron convirtiéndose: el menor en viento, el intermedio en granizo, y el mayor en la helada.

Desde ese día, se le conoce al viento, al granizo y a la helada como los jóvenes perezoso y ladrones de la chacra.

Narrada por: Miriam Dianet Quilca Condori - Puno

 

LOS MÚSICOS Y EL ENCANTO

Para una fiesta de “Casarasiri” (matrimonio) una familia había contratado una banda de músicos. Esta tenía un contrato para todo el día, pero cuando llegó la noche, los músicos ya estaban borrachos, es que había tomado mucha cerveza, pero como estaban borrachos ya no les importaba nada. El dueño de la fiesta les daba más cerveza para que toquen. Ya era cerca a las 12:00 de la noche que decidieron irse. Se fueron tocando por la pampa, tomando y tocando. Así, tan borrachos en la noche se les apareció un hombre, para ellos era como si fuera de día, ese hombre les dijo: les voy a pagar todo lo que quieren señores músicos. Bueno, hicieron otro contrato. Entonces les hizo caminar por una ciudad, los músicos asombrados. Pero antes de entrar por la puerta uno de los músicos se quedó a orinar, cuando todos entraban, él se ha desesperado porque no acababa de orinar y de pronto se cerró la puerta, él músico empezó a tocar la puerta, pero nadie le habría, tanto fue que tocó se cansó, entonces furioso se decidió seguir caminando, mientras tanto se escuchaba la banda. Así él músico llegó a su casa en la madrugada, más tarde las esposas de los demás músicos preguntaban donde están sus compañeros, él un poco mareado le dijo: se fueron a tocar a otro sitio, cuando estuvimos viniendo se hizo la contrata. Al saber la noticia todos los familiares decidieron ir al sitio, él los llevó, es aquí dijo, los familiares solo vieron un cerro y se escuchaba la banda de músicos, entre ellos se miraron. El músico dijo: esta parte del cerro era una puerta dorada y ahora no hay nada, sólo estás rocas nomás.

Así, que durante una semana seguía tocando de día y noche, esto ha desminuido cada día poco a poco. Por este motivo se dice que cuando contratamos una banda de músicos se deben irse antes de media noche a su comunidad, porque les puede coger el encanto.

Narrada por: Katty Elfride Mamani Quinto - Puno



Q'OTA ANCHANCHO

El legendario y mitológico Lago Titicaca es fuente inagotable de maravillosos relatos. El antiguo poblador aymara nos ha dejado una serie de patrimonio cultural; una de ellas es el espectacular mito del “Qota Anchancho” (demonio del lago)

De las milenarias aguas del Lago Titicaca emergió un gigantesco demonio, que con su furia arrasaba todo lo que encontraba a su paso. Al furor de las olas, se tragaba cuanta embarcación se cruzaba en su trayecto, y tras sembrar desgracias, desaparecía velozmente en las altas cumbres heladas de la cordilleras Orientales y / u occidentales de los Andes.

Tan pronto advertían la presencia del maligno ser, los habitantes – en estado troglodita – en un marco de desesperación y terror huían para refugiarse donde podían.
La ira del demonio era incontenible, así como la llegada de enfermedades era la secuela de daños ocasionados por el monstruo. Tanto miedo y pavoroso respeto había infundido el maléfico ser lacustre, que los aborígenes, llegaron a considerarlo al espíritu endemoniado de las aguas, por lo que lo deificaron y le erigieron totems, para rendirle culto.

Los más supersticiosos creían que era la encarnación de Satán que descargaba su ira, sembrando daños y desgracias a la humanidad y todo los seres.

Ritos Diabólicos ó idólatras nacieron en diferentes lugares. Para que la furia salvaje atenuara y no continúe con sus desmanes le ofrecieron ofrendas y sacrificios de algunos animales, como pago.

La leyenda continua. El demonio no solo hacía e infundía el desastre y terror sino, que también en épocas de lluvias era portadora de bondades benéficas. Emergía del lago hacia la atmósfera portando grandes masas de agua que prodigaba a las nubes para que posteriormente caiga copiosas lluvias regando la región.

Narrado por: Jorge Noe Soto Ruelas de la localidad de Acora - Puno


WAYNA Y KAILILA (Joven y Sapo)

En tiempos remotos, en un zona de Moho había Mama Koili. Tenía un hijo joven, trabajador y cariñoso llamado Huayna Luque y le decían con cariño “Luli” . Así se llamaba el cholo, ¡era tan laborioso¡ en la época de siembra sembró una chacra de papa, también era “araría” (Autoridad de la chacra). En una oportunidad cuidándola la chacra en una “chujlla” (especie de carpa) que la construyó él mismo.

Una de esas noches cayó una granizada feroz y como es natural que después de las granizadas hace un frío intenso, obligó a “Luli” (joven) a acostarse.

Seria la media noche cuando sintió que lo llamaban: Luli, Luli, alójame.

Luli, vio a través de la luna una hermosa “Imilla” (era una joven sapa) con “ajnqo chuco” (vestido blanco) de jaspes verdes y amarillo. Su montera era extraña tanto la forma como el color. Lo más sorprendente eran sus dos hermosos ojos que fascinaba al mirar. Luli se enamoró perdidamente de la joven a quien hizo pasar a la “chujlla”. Le encantó ver el aseo de la “Imilla”, era tan limpia que despedía un olor agradable de agua y flores silvestres.

El hombre le inquirió por su nombre. Ella le avisó que se llamaba Kailila. Le contó que era muy rica, dueña de muchas tierras, que solo por el frío pedía alojamiento, que también era la “Llajtayoc”.

Por supuesto que pasaron una noche feliz transportando al quinto cielo de placer. En ese momento Luli era el hombre más dichoso de la tierra al poseer a Kailila.

¡Qué piel tan fina¡ como decía él, por la suavidad parecían los pétalos de las flores.

Así transcurrieron muchas noches, pero lo extraño era que por las mañanas desaparecía la bella “Imilla” y solo regresaba por las tardes helada y frío.

Una de esas noches al acariciarle, notó el amante que las manos de Kailila eran raras, algo así como ramas de un arbusto seco y el chuco jaspeado era la piel de su espalda. Por supuesto que Luli guardó prudencia, pero al amanecer el día la atajó para seguirla examinando, entonces tuvieron lío, la joven empezó a gritar qauu qauu.

El amante botó a la sapa y vio con horror que la tal mujer era una asquerosa animal que daba escalofríos al mirarla .

Luli se fue donde sus padres a quien sólo dijo, que tenía miedo de seguir cuidando la chacra, imposible avisarle lo que sucedía.

Como toda madre es cuidadosa. Mama keili se fue a la chujlla a echar de menos las cosas de su hijo. Al arreglar la cama dentro de las frazadas encontró un enorme sapo de repugnante estampa, horrorizada Mama Keili dijo: este jamp’ato es el que está chupando la sangre de mi hijo. Lo botó sobre un tiesto y le tiró una piedra, gracias que se introdujo a un agujero por lo que no pudo matarlo, solo lo hirió gravemente. Al regresar Luli, en la chujlla la encontró a Kailila con la cabeza amarrada con “qoras” (hierbas frescas) quejándose desesperadamente por el dolor. Le dijo: fíjate lo que me ha hecho tu madre, esa vieja mala fe me ha arrojado con una piedra, felizmente que me escapé, si no me mata. No creas que estos se va a quedar impune, tengo muchos parientes a quienes avisaré para que castiguen este crimen. Kailila estaba completamente desfigurado, el amante decepcionado se mandó a jalar abandonándola para siempre.

Al día siguiente Luli fue a botar unas llamas que estaban haciendo daño en la chacra. El cholo en vez de arrear las llamas empezó a dar vueltas en círculo meneando su látigo, como quien se defiende de un grupo de perros que los acometen. Los padres miraban riendo, creían que el “Wayna” (joven) jugaba. Cuando vieron que se tendió en el suelo sin poderse levantar corrieron a ver y los encontraron al hijo en agonías, rodeado de millares de sapos destrozados y otro tanto de vivos, que se retiraban después de haberlo envenenado con su baba ponzoñosa. Eran los parientes de la sapa Kailila que vengaban el crimen cometido por Mama Keili.

Luli reprochó a su madre increpándole que ella tenía la culpa para que los sapos lo envenenen. Apenas terminó de referir sus amores con la sapa Kailila, falleció Luli.

Los sapos que mató Luli fueron quemados, desde entonces en ese lugar ya no caían granizadas. (en la provincia de Moho en la zona de Sirulaya )

Los pobladores del Ayllu Jurinaya Ccollana hasta ahora acostumbran quemar sapos vivos cuando amenaza caer granizada, y no es mentira, la granizada cambia de rumbo o desaparece, al practicar esta costumbre. Cuentan este mito de los amores de la sapa Kailila y Luli.

Narrado por: Gustavo Coacalla Coaquira de la Provincia de Moho-Puno


EL CONDOR Y LA PASTORA


Había una pastora que siempre se dedicaba a pastar su ganado sola en las pampas y, en esas circunstancias la observaba un cóndor. Con el pasar de los días éste se fue enamorando de la chica. Un día de esos se le acerco a la chica convertido en un joven bien vestido con un traje negro y con camisa blanca y con una chalina blanca. Acercándosele conversaron largo tiempo, luego de presentarse cada uno. Seguidamente se pusieron a jugar a cargarse mutuamente mientras el otro serraba los ojos, así sucesivamente hasta que de un derepente cuando le tocaba al joven, se convirtió en cóndor y se cargó a la pastora a los cerros más altos de la cordillera. Al llegar al lugar la chica se despertó y se quedó sorprendida y se puso a llorar y llorar, le decía al cóndor que la regresara a su casa, pero el joven no quería pues se había enamorado de la chica y la tenia para su novia.

El cóndor, para que la chica no llore, le traía carne cruda para que coma, pero la chica siempre la rechazaba, entonces el cóndor iba en busca de servicios para cocinar y traía ollas rotas recogidas del desperdicio. La chica, la tiraba toda molesta, así pasaron un buen tiempo hasta que tuvieron sus tres hijitos. Un día, cuando los padres de la chica lo buscaban desesperados, se encontraron con un picaflor “lurinsitu” quien sabía dónde estaba la chica y contó a los padres. A cambio de la información le daban comida todo el jardín que tenía. Entonces, haciendo el trato, picaflor partió a la casa del cóndor y al llegar mató a sus hijos de la chica y a ella se la llevó a la casa de sus padres.

Cuando el cóndor regresó a su casa, vio a sus hijos muertos y uno de ellos se había salvado, la chica no estaba, entonces se puso a llorar le pregunto a su hijo donde esta tu madre? Y el condorcito de digo el lurinsitu se lo ha llevado, también preguntaba a otros aves de lo que había pasado, buscando al responsable; cuando se le avisó quién era el culpable, éste fue en busca de picaflor, al llegar a su casa le dijo: - lurinsitu sal que quiero hablar contigo. Al escuchar la voz del cóndor, el lurinsitu se preparaba en su cuarto y respondía: -ahorita me estoy poniendo mi camisa. El cóndor volvía a llamarle y el lurinsitu le respondía: -ahorita me estoy poniendo las medias. El cóndor volvía a preguntar y el lurinsitu respondía ahorita me estoy poniendo las ojotas, así sucesivamente hasta que lurinsitu ya había hecho un hueco para salir, de tanta insistencia el cóndor se amargo y entro a su casa y al lurinsitu le agarro cuando estaba saliendo por el hueco y se lo ha comido enterito, cuando excreto salieron picaflores pequeños. Por eso hoy se dice que los picaflores son pequeños.



La Luna y el Sol


La luna y el sol vivieron por mucho tiempo en la tierra, el sol era muy ardiente y la luna bastantes fría, por esta razón los dos no se entendía bien. Un día la luna tomo la decisión de separarse de su compañero el sol, busco una soga bien larga y subió al cielo para caminar por allí durante siglos y siglos. Un día el sol se preguntó por curiosidad ¿Qué estará haciendo la luna en el cielo? ¿Qué cosas bonitas había visto? Y se decidió a hacer la misma que la luna? Y se fue. Por eso en la cosmovisión andina todos son personas y a la vez son parejas.



El Zorro Santiago

EL ZORRO Y SANTIAGO (RELÁMPAGO)

En una ladera estaba comiendo una llama, pero el zorro le pregunto a Santiago tu matas o yo lo mato a la Llama, el zorro se adelantó yo lo motare de tres golpes con me cola dijo, Santiago dijo empieza, el zorro corrió y a la llama empezó a golpear tres veces con su cola, no pudo matar a la llama, entonces el Santiago dijo: mi no puedes yo lo matare con un solo golpe, Santiago mato de un solo relámpago a la llama y al zorro.

El relato se cuenta en todos las zonas de aymara y quechua y nos enseña que no debemos de adelantar en los desafíos.





Había una vez un ratón muy trabajador, en la época de cosecha había recogido mas de treinta sacos de cebada, para todo el año, el pajarito era muy flojo que no le gustaba guardar los frutos y en la época de escasez siempre iba donde su vecino ratón a prestarse un saco de cebada y el ratón le prestaba según la solicitud y el pajarito regresaba contento llevando en fruto y después de una semana nuevamente volvió donde su vecino a prestarse, otro saco de cebada y le presto nuevamente el ratón y volvió contento. Paso mucho tiempo el pájaro seguía prestándose hasta que un día el ratón ya no le quiso prestar y discutieron; el ratón le dijo: vecino eres muy flojo con puro prestado nomas quieres mantener a tus hijos y solo te gusta cantar encima en las lomas de los árboles. El pajarito solo escucho.

El relato tiene el mensaje de no solo viver el momento, sino en cada momento del ciclo del año, en la vivencia campesina siempre se tiene que guardar los frutos para otras épocas del año.


EL ORIGEN DEL LAGO TITICACA


Se cuenta en las pampas cercanas de la ciudad de chucuito, cubiertas actualmente por las aguas del lago Titicaca, existía una floreciente población en cierta ocasión llego una mujer forastera cargado en su espalda una gran tinaja o huakulla de barro con una tapa bien ajustada, muy penosamente vencida por la fatiga se alojó en una casa después de muchas suplicas, la gente del pueblo se habían olvidado las normas de hospitalidad, pero se quedo.

Al siguiente día muy temprano quiso continuar su viaje, en realidad había pasado una noche muy mal por falta de una cama y alimentos, lo habían alojado en los rincones de la cocina y no lo habían invitado en la cena.

A causa de ellos no tenia fuerza ni la energía para llevar la tinaja huakulla, suplicó a los dueños, para dejar su huakulla. Bueno, le permitieron dejar hasta su regreso, pero la mujer había dicho por favor no lo van a destapar y que tengan mucho cuidado. Aceptaron obsequiosamente los dueños de la casa, con la promesa de no hacerlo.

A varios las hormigas les había picado constantemente en la comunidad y se preguntaban que tendría la tinaja, porque les había recomendado no quitar la tapa. No podían soportar tanto tiempo la inquietud y con las esperanzas de hallar algo muy valioso quitaron la tapa, entonces muy consternados vieron brotar un violento churro de agua, el agua salía interminablemente inundando al final toda la comarca y a los habitantes de los moradores, no tuvieron tiempo para escapar. Juntamente con el chorro de agua salieron los peses, las, gaviotas, flamencos, patos, chanchos, patillos, zambulledores, q’eñola, qaslachup’uquña y todo los aves y seres vivientes que en la actualidad viven en las aguas de Titicaca, que a su vez son el efecto de ambición y la curiosidad de los habitante de ese pueblo.

Se cuentan también que en ciertas horas de la noche y en determinados días de la semana se observa en el fondo de lago una ciudad desaparecida especialmente en aquellos momentos que se llama, ahora mal momento.


Mi Primer Envío


Siempre tuve la inquietud, de conocer y compartir este tipo de historias, las que publicaré serán de Puno, región del Perú en la que existen muchas de estas historias; algunas más fascinantes que otras, y que a partir ahora podré compartir con ustedes.

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